Para que te tienda la mano y te facilite el abordar aquello que te ha impulsado a contratarle, sea la razón que sea. Y que con yendo de su mano, te resulte a ti y/o a tu equipo, más sencillo de abordar.  

Las razones para contratar un proceso de Coaching profesional, tanto individual como de equipos pueden ser tan diversas como lo son las personas. Muchas de estas razones pueden ir asociadas a temáticas comunes a la vida profesional, sea del sector que sea. Por ejemplo, entre otros:

•  Cambios en las organizaciones y la gestión de la adaptación a estos cambios.
•  Mejorar los talentos inherentes a las personas o equipos.
• Consecución de objetivos.
• Fortalecer el liderazgo.
• Problemas de comunicación.
• Gestión del estrés.
• Productividad.
• Gestión del tiempo.
• Bienestar personal o del equipo dentro de la empresa.

A través de un proceso de Coaching, los profesionales conectan con parte de sí mismos que pueden desarrollar para potenciar sus talentos, así como descubrir sombras que pueden mejorar de forma que su trabajo y su relación con su trabajo sea más positiva.

Lo interesante de estos procesos, es que en general, aunque afectan al individuo o equipo en primera persona, afectan al resto de la empresa tanto a nivel cualitativo como cuantitativo, ya que al haber pequeños o grandes cambios de actitudes, de estrategias, de gestión, el clima, la productividad o cualquier otro indicador que ha mejorado en una parte de la empresa produce un efecto “contagio” al resto. Así que si tuviera que resumir “para qué un coach” en breves palabras…:
 

Para mejorar el bienestar de las personas y por extensión, de la empresa.