Ya llevamos mucho tiempo hablando de nuevos estilos de liderazgo y parece que como tantas cosas, en la era "post-pandemia", se harán fuertes como tantas cosas que han llegado para quedarse. Otros modelos de liderazgo más colaborativos, también modelos de liderazgo disruptivo, eran ya una realidad al alza…hoy son una necesidad imperiosa.

 

La era del "aquí se hace lo que yo digo" pertenece ya al Pleistoceno empresarial. Ya hace tiempo, pero aún así todos, al menos muchos de nosotros hemos vivido con estupor algunos comportamientos de jefes, bien en nuestras empresas o en organizaciones colaboradoras o clientes, totalmente inaceptables. Esos que dan golpes en la mesa para, con elevada voz, defender sus posturas, que se les hincha la vena al berrear ante cualquier incidencia del día a día propia de la actividad, que faltan al respeto a empleados sin ningún problema y como norma general, que fuman en sus organizaciones mientras comentan orgullosos que hacen lo que les da la gana porque están en su casa (los de esta especie, generalmente además son personal contratado…vamos, que no están en su casa), que encargan a sus empleados tareas que van más allá de sus responsabilidades y en el peor de los casos para fines personales y así un largo etcétera. Pero un momento….que estamos hablando de LIDERAZGO…no sé a donde me había ido.

 

Ya no hay cabida para estos estilos de dirección, a ningún nivel, pero aún existen. Están destinados, yo creo, a desaparecer. Porque hemos cambiado. Hace ya mucho tiempo, pero ahora aún más y más rápido.

 

Cada vez es más necesario, y también está más extendido, encontrarnos con una dirección a cargo de verdaderos líderes que colaboran con sus equipos. Responsables que utilicen la inteligencia emocional para regularse a sí mismos, pero también para relacionarse con sus equipos, sus clientes, sus colaboradores…Personas resilientes que no es que no conozcan el fracaso, es que aprenden de él y salen más fuertes, que saben adaptarse a los cambios vengan al ritmo que vengan. Que piden ayuda cuando lo necesitan. Personas que cuentan con el conocimiento de otros, lo estimulan, lo potencian y además reconocen sus logros. Líderes que construyen, que deciden, que cuentan con los demás y les ayudan. 

 

Aquí van sólo algunas de las cosas (más importantes) que hacen los líderes de hoy y de mañana:

 

Delegan:

Con delegar no me refiero a derivar una tarea que podría hacer otro para yo dedicarme a cosas donde yo pueda aportar más valor. O sea, si, para eso se delega. Me refiero a eso, pero no sólo. Además delegar implica asegurarse de que la persona para esa tarea es la adecuada para hacerlo, si dispone de los medios y de los conocimientos. En ocasiones delegar implica que tendremos que dedicar un tiempo para la formación, para explicar lo que necesitamos que sea hecho. Y supervisar. Porque se delega una tarea y la persona asume esa tarea y una responsabilidad nueva…pero el que delega sigue siendo el responsable. De manera que la labor de supervisión es importante, para verificar que las cosas se están haciendo como se necesita, o si han surgido problemas en los que intervenir para solucionarlo, o si hay que aportar nuevos recursos.

 

Confían:

En las personas de sus equipos, contando con ellos por sus experiencias, por su conocimiento, les consultan y cuentan con ellos. También confían en sus superiores. Y confían en ellos mismos.

 

Desarrollan el talento de sus equipos:

Se preocupan de conocer a las personas con las que trabajan, cómo están, qué les mueve. Observan cómo afrontan los retos a los que se enfrentan, qué se les da bien, cómo es su proceso de toma de decisiones, qué actitudes y comportamientos tienen ante las adversidades y en sus relaciones con los compañeros o con clientes por ejemplo.

Una vez identificados los talentos, las habilidades del equipo, buscan la forma de aprovecharlos y potenciarlos en beneficio de todos (persona, equipo y empresa). De la misma manera buscan la manera de dar el soporte necesario en aquellos puntos que requieran una mejora, bien mediante un feedback constructivo o con la formación necesaria, o reajustando las tareas dentro del equipo.

 

Comparten:

Su liderazgo, saben cuando ejercerlo o cuando es mejor que lo ejerzan otros. Porque no temen a otros líderes...Colaboran con y aprenden de ellos. 

 

Y ante la eterna pregunta que siempre surge….mi opinión es que SÍ….el líder nace. Y también se hace. Hay capacidades que se entrenan, que se aprenden, talentos que se descubren…