El trabajo en equipo es incentivado y promovido (al menos deseado) por la gran mayoría de organizaciones, (independientemente de variables como el tamaño, el producto o el sector en el que opere) por los beneficios que aporta.

En un grupo de trabajo, cada integrante tiene una serie de funciones individuales que se alinearán con la estrategia común del grupo. Un buen equipo aprovecha las fortalezas particulares de cada individuo, que sumadas se complementan y hacen más fácil la consecución de los objetivos de negocio planificados, mejoran la productividad…Claro que un mal equipo puede generar justo lo contrario.

Y…¿Cómo sabemos que un buen equipo lo es? Cada equipo, como las personas, tiene sus particularidades, su personalidad e identidad como grupo… los buenos equipos compartirán muchas de las siguientes características: 

• Fijan unos objetivos comunes, y todos miran en esa dirección.
• Hay un buen clima cooperativo. Se comparten las cargas de trabajo en función de volumen, de experiencia, de responsabilidades. Es decir…el trabajo, además de repartirse…se comparte. También la responsabilidad es del grupo.
• Son multidisciplinares, estando formados por personas con diferentes habilidades, experiencias, formaciones. Así el expertise del equipo se multiplica, el alcance del mismo es mayor.
• Hay una buena comunicación, abierta y directa, que incide en:
  • Se comparte el conocimiento, la experiencia, las opiniones. El grupo sale muy enriquecido y el aprendizaje se potencia.
  • Se abordan los conflictos cuando surgen, no generando problemas a futuro.
  • Se aportan nuevas ideas, se debaten…se aprovecha la creatividad, y se potencia, abriéndose nuevos caminos, nuevas oportunidades
• Se desarrolla el pensamiento crítico al haber diferentes perspectivas.
• Hay una toma de decisiones conjunta.
• Se promueve el crecimiento del equipo, como individuos y como grupo.
• Suelen obtener buenos resultados, son productivos y eficientes.
• Reconducen los fracasos en común, buscan y aportan soluciones.
• Los éxitos se celebran.

Los mejores equipos no necesariamente son aquellos que reúnen los mejores individuos en cuanto a talento y CV. Son los que obtienen los mejores resultados gracias a definir mejor sus pautas de trabajo, a una actitud de crecimiento, de equipo, de orientación al logro y a la interacción y participación de todos los que integran el equipo.

Más allá de los beneficios del trabajo en equipo para la empresa traducidos en productividad o resultados, tiene otros menos tangibles pero igual de valiosos. Los individuos que forman parte de un equipo en el que se sienten cómodos, suelen sentirse más seguros, se desarrollan a nivel profesional. Se genera un sentimiento de pertenencia al grupo y por tanto se desarrolla el compromiso. Se genera BIENESTAR.