La vida es cambio. Y ante el cambio, hay dos opciones claras. O te adaptas o no lo haces.

Y para muestra, un botón: 

De repente nos quedamos en casa. Y nos hacemos nuestras nuevas rutinas para "sobrevivir": deporte, trabajo, logística de compras para minimizar salidas, ocio….en fin…cada cual rehace su día a día en función de su realidad. Y cuesta. Es diferente a lo que hacíamos. ¡Pero uno se hace a todo!...Ah, pero de repente…los niños pueden salir a la calle…y aquellos a quienes afectaba este cambio, tuvieron que adaptar de nuevo sus horarios, sus recién creados hábitos, incorporar nuevos rituales de higiene….y después llegaron las franjas horarias para incorporar deporte y paseos al aire libre, después las terrazas y algunos negocios, y así poco a poco, fuimos avanzando en lo que llaman la desescalada, fase a fase, desacostumbrando y acostumbrando.

Como dijo una amiga hace unos días: "Esto se trata de adaptarse todo el rato".

Y así es la vida en general. Ahora lo hemos visto concentrado en poco tiempo, a veces los cambios son bruscos, otras no tanto. Pero en cualquier caso, cuando llegan, o te adaptas o sufres. O te quedas atrás claro, con lo que acabarás sufriendo de alguna manera la inadaptación.

Es cierto que no siempre es fácil acomodarse a las nuevas realidades, a veces necesitamos tiempo, otras nuevos aprendizajes o nuevos hábitos. También en ocasiones necesitamos tomar decisiones difíciles y ser valientes…O puede que necesitemos que nos ayuden a asimilar y adaptarnos a estas novedades porque solos no podemos o no sabemos hacerlo.

Análogamente, las empresas cambian, evolucionan. Con los acontecimientos, con las tecnologías, con los mercados, con los nuevos modelos organizativos, con la economía... Y el que no se adapta, también sufre, también se queda atrás. Y también en este caso, hay cambios más fáciles de asimilar que otros. Algunos deberían ir sostenidos por la empresa (en modo de información, de formación, de acompañamiento o mentorizaje, o de lo que requieran los cambios concretos), será importante apoyar a los que no saben cómo seguir el ritmo de las transformaciones. Y de nuevo el que no se adapte…sufrirá.

Porque si no uno no se adapta, bien en la vida personal, bien en la profesional:

• Uno queda anclado en situaciones, en actitudes, que ya son pasadas.
• Puede estar dejando de disfrutar situaciones que le ofrece el presente en las que crecer como profesional o como persona (o ambas).
• Dejamos de estar al día, no sabemos desenvolvernos en el mundo actual, que va cambiando. (y no estar al día es tanto no aprender a usar una nueva app, como quedarse anclado en esos liderazgos casposos del "aquí se hace lo que yo diga, y punto en boca").
• No hay cambio, y sin él, no hay aprendizaje, ni evolución.

Estamos en tiempos convulsos, nos quedan muchos cambios por delante. Unos serán fáciles, otros menos. Unos nos gustarán, otros no. Unos los abordaremos con arrojo, y otros quizá nos cueste. Pero nos quedan muchos cambios, ¡al menos eso espero! Recuerdo una serie que veía mi hermana pequeña de niña (y que yo hacía como que no, pero que sí veía, en mi merienda adolescente), los "Power Ranger"....y decían algo así como: "Vamos a metamorfosearnos!!!!".....pues eso mismo, seamos capaces de cambiar de forma o de lo que sea, ante nuevas situaciones...Desarrollemos  el "músculo de la adaptabilidad".

Porque ya lo decía mi amiga: "ESTO SE TRATA DE ADAPTARSE TODO EL RATO"